martes, 31 de mayo de 2011

ES CUESTIÓN DE ENERGÍA

En nuestro entorno cultural, dentro de nuestro marco genérico y, sobre todo, actualmente en el corazón del paradigma cuántico, es muy habitual el término energía.


A un nivel cotidiano escuchamos la cada vez más urgente necesidad de “energías renovables” o la amenazante “crisis energética”.

En el ámbito de la física se nos instruyó en un amplio abanico de posibilidades energéticas: (eléctrica, cinética, eólica, nuclear…) con mediciones incluidas. Y en la vida ordinaria, a otros niveles, hasta la publicidad nos señalaba (me falla la energía, necesito un bllycao”, hacer viajes a lugares más lúdicos para “cargar pilas” o “los 40 principales: energía positiva”.




En las terapias alternativas a veces tocan el tema desde los ciclos biorrítmicos; Oriente asoma con su sabiduría milenaria con múltiples propuestas: tai-chi, chi qong o yoga, y un caudal de nuevos términos se vierte en nuestro vocabulario con acupuntura, feng-shui, ying-yang, kundalini, chakra, etc.





Es muy evidente que la energía se traduce, a pesar de su invisibilidad, en sus efectos prácticos. La energía se produce, se provoca para su aprovechamiento, pero no la “palpamos”. Un dedo presionando un botón alumbra mi estancia o acciona el misil que puede destruir todo un país. La energía puede insuflar vida o puede anularla. Los mismos científicos han establecido en pura energía el soporte último del mundo material aparentemente sólido. Hasta el metal más duro retrocede hasta el espacio puro ante la penetrante mirada cuántica, algo que ya los antiguos rishis (sabios védicos), el mismo buda o los filosóficos griegos, anticiparon hace miles de años sin necesidad de ojos mecánicos.

 La energía mueve el mundo, o, ampliando la expresión, la energía sustenta todos los mundos posibles, el cosmos. La energía es la respiración divina que hace expandirse el universo y contraerse a través de kalpas y eones, eras y eras cósmicas, donde todo fluye eternamente en múltiples dimensiones. La energía es el caldo de cultivo de todos los fenómenos visibles e invisibles. Es el substrato primordial de toda la alquimia, la química y la biología. De lo animado a lo inanimado.



Es el puro campo cuántico, el espacio potencial de toda manifestación donde la vida, tal y como la conocemos, no es más que una de sus posibilidades, y, el ser humano, una de las múltiples expresiones de aquélla.
Indiana Om
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