viernes, 11 de noviembre de 2011

“YO SOY” LA VENTANA QUE RELACIONA LO INFINITO Y LO FINITO

Sentado en silencio. Trato de relajarme inmóvil. Suelto toda tendencia a posar mi atención en algo. No “leo” el contenido del pensamiento. Dejo ir y venir la respiración hasta sentir una expansión física y mental. Una amplitud de la conciencia.


Crees que llevas el timón de la frágil embarcación del nivel consciente de tu mente, pero la marea del amplio océano subconsciente es la que dirige tu rumbo en realidad. Tú crees que giras al este pero tu oscura mente subconsciente ya te arrastraba a poniente. Crees que haces, respiras o sientes. Crees llevar las riendas de tu vida, pero el guión obedece a impresiones escondidas tiempo ha que ni recordabas. Las corrientes profundas de tu psique son las que gobiernan tus acciones. ¿Aún sigues creyendo en tu voluntad? ¿Una voluntad “personal”?



Mi mente es como un programa que construye mi “yo”, mi personaje, con sus condicionamientos y limitaciones. Similar al volumen entre cuatro paredes de la habitación en la que estoy. Mi realidad depende de esos límites acotados.

Intento ampliar y flexibilizar mi mente y voy más allá de ese volumen pequeño. Me empiezo a sentir más capaz. Amplío y amplío mi “visión”, mi conciencia. Como la Tierra, el Sistema Solar, la Galaxia, todo el Universo. Veo que no hay fin, no hay fronteras. Los límites los puso mi sistema de creencias dentro de los cuales me muevo y hago discurrir mi realidad, mi verdad, mi vida.




Ahora veo que mi pensamiento con el que proyecto mi realidad puede ser inagotable, infinito en sus posibilidades. Tan amplio como el Universo. La ciencia dice que todo está siendo promovido por una Inteligencia que es pura energía, puro potencial. Es impersonal, infinito en sus posibilidades. En ella me muevo. Y sólo vivo una única opción de las eternas e incontables que abarca.

Yo no estoy al margen de esa Inteligencia (Ser, Dios, Universo, Vida…). No soy tan importante y grandioso como para estar al margen del infinito, contrapuesto. Estoy hecho del mismo tejido. De hecho soy una expresión del mismo. Soy un punto de vista, una manifestación de su potencial. Cada ser (aparentemente individual) es como una estrella que luce en el firmamento. Todas en esencia son Luz, la misma Luz, expresándose desde diferentes posiciones. Pero lo mismo al fin y al cabo.




 Todo es Espíritu manifestado. Somos el extremo de un pensamiento divino. La concreción de lo Abstracto. La personalización de lo impersonal. La individualización de lo Absoluto.
Ese espacio inteligente, vacío, impersonal, puede ejercer y proyectar un mundo, puede alumbrar la manifestación de una realidad concreta, gracias al ser. El Ser en el ser.
 

El ser humano es una ventana abierta al cosmos y a la realidad finita a la vez. Esa ventana es el “YO SOY”. Esa pulsión, cuando estalla en un punto concreto del espacio: limitado, alumbra todo un mundo de formas, luces, colores, texturas y sonidos, a través del pensamiento dirigido. Si te enfocas hacia el “exterior” de lo que crees ser, desde la eseidad, nace la dualidad de lo manifestado contrapuesto a un “yo” y corres el riesgo de identificarte con esa experiencia parcial del Todo, y tomar como real una percepción limitada que acaba limitándote a ti mismo. Si pierdes de vista tu origen, quedas atrapado en esa fantasía que no es más que una visión fragmentada de ti mismo que interpretas como algo ajeno y separado.


El “YO SOY” es el primer pensar, el primer movimiento mental a partir del cual puedes desplegar el resto de  experiencias. Es permanente en ti. Es lo que da inicio a todo lo manifestado. Siempre subyace a todo lo que transcurre en tu vida. Es el soporte. Es una certeza que siempre te acompaña. Lo único real y duradero es la “eseidad” la condición de ser porque no cambia, todo lo demás, sí lo hace.


En el vasto espacio de la CONCIENCIA, puro SER, potencial ilimitado e impersonal, se produce el toque o la eclosión del “YO SOY” como auto-consciencia.

Se sabe y se siente ser. Es la primigenia experiencia. Es el gozo en sí mismo y por sí mismo. No es el gozo de alguien. Se es puro gozo y no otra cosa. No es un objeto ni un sujeto. Se es tan solo gozo en el espacio de la consciencia, indisoluble en ella.


Desde esa ventana del “YO SOY” abierta al mundo, lo infinito (Dios) se asoma y disfruta de SU creación, entra de lleno en el juego. Sólo así puede permitírselo. Pero, de alguna manera, se enreda en su propio juego y le da la espalda a su origen, su esencia, la fuente de la que todo surge, y entra en el mundo de la acción y de la re-acción, de la emoción y del sentimiento; del juicio, la memoria y del pensamiento. Esa ventana no es más que un espacio, un umbral que une, vincula y es a su vez los dos espacios: el del “yo” y el del “YO”, de la criatura y de Dios, de lo relativo y de lo Absoluto, de lo determinado y lo indeterminado…, etc.


Sólo por ese toque “YO SOY” todo puede manifestarse. Todo se hace posible y plausible. Capaz de devenir. 
  -Voluntaria o involuntariamente (¿la voluntad de quién?), se enreda…-

Punto Cero
 El “YO SOY” es el origen, el punto cero. La frontera con el puro potencial infinito. Sólo desde ahí podemos reiniciar el programa de nuestra historia personal y darle otro enfoque. Sólo desde ese estado puro, sin espacio-tiempo ni memoria, puedo edificar mi (“nueva”) existencia. Sólo a partir de esa visión inocente puedo realizar cambios sustanciales en mi vida. Porque ahí mi mente no tiene niveles diferentes (consciente, subconsciente, supraconsciente), no hay material reactivo oculto (vasanas). No hay nada (vacío) y es, (lo puede ser), todo (puro e infinito potencial).
En el umbral finito-infinito está la piedra angular del despliegue del Poder Supremo. No hay cielo e infierno, sólo en la mente. Si piensas como Dios vivirás en el Paraíso. Si crees en algo diferente a ello, entras en las limitaciones porque todo aquello en lo que posas y sostienes tu atención es creado por la energía dinámica de tu conciencia-mente. “Creer es crear”. “Sentir es el secreto” de la expresión de tus deseos en tu existencia.


¿Eres capaz de navegar entre las dos realidades? ¿A qué espacio le das la espalda al asomarte a esa ventana? ¿De qué lado estás?....

Indiana Om
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1 comentario:

  1. Me gusta mucho esa venta de realciones ente lo finito y lo infinito.

    Besos preciosa :)

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