Sentado frente al mar, en el eterno banco de largueros planos de hierro verde de antaño, mordido por el óxido de los tiempos, doy rienda suelta a una mirada perezosa.
El sol está frente a mí. No podría precisar si es poniente o naciente. ¿Acaso importa? Los barcos amarrados se balancean pesadamente como cadáveres flotantes. Las amarras ocres besan el mar con la panza de su curva plagada de estalactitas de algas. Ecos de críos, chillando a través de los velos del espacio inmenso, taladran mis sentidos absortos y casi exentos. Algún perro ladra haciendo la comparsa. Una pelota suena como un cañonazo lejano al botar contra la tierra.
Soy la estampa de una espera, y sin embargo desisto de anhelar algo que no sea lo que las aguas densas del tiempo arrastren a mi ensenada.
Reniego de ser el artífice de una mediocre obra que a nadie interesa y que, hoy, ahora, en este instante, en este mismo momento, fallece engullida por el sopor de mi consciencia que se diluye en el gran sumidero de las eras.
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Y todo queda para adentro.
ResponderEliminarCon el viento suave recorriendo los rincones de tu alma.
Saludos mañaneros
mj
Lo importante es sentir la generosidad del sol, el tiempo se detiene en los que saben sentir. Hermosa meditación...
ResponderEliminarGracias, Julie, tú si que eres un alma hermosa. ¿Para cuando otro poema?
ResponderEliminarGracias MJ, ¡menudo cuadro! ¡Es tan...tan yo, que hace palidecer mi pingüe escrito!
Seguimos calentando motores con lo de escribir. Ya van saliendo cositas.
INDY.
Cronos y Kairos convergen plácidamente entre las olas que rompen con sus raíces.
ResponderEliminarEs un placer para los sentidos contemplar cuánto ustedes observan.
Besos y versos amigos.
Hay que dejarse cubrir por la brisa y el sol y acurrucarnos en nuestro interior y sentirnos acunados
ResponderEliminarbesos
Elizabeth, gracias por tus besos tan versados.
ResponderEliminarPluvisca,en efecto, no nos queda cosa otra que dejarnos mecer por la Madre de todos los designios, y abrirse, abrirse hasta perder cualquier límite.
Gracias. Las que vosotras tenéis.
El mar..., el sol tiñendo las aguas que mecen los sueños que vienen y van,...el rubor del silencio al acariciar nuestro rostro aunado a la brisa que sopla del cielo en el que viajan los pensamientos... ¿acaso hace falta algo más?
ResponderEliminarBesos
Mj:
ResponderEliminarmaravillosas imàgenes en tu texto poètico.
Es un placer leerte y disfrutar la lectura.
besos enormes
Siento mucho decirte Norma que este texto no es mío, no está firmado por mí, sino por Indy, colaborador del blog.
ResponderEliminarSeguro que a él le gustará saber, cuando lea tu comentario, que te ha gustado.
Un beso amiga.
mj
HOLA INDIANA:
ResponderEliminarHAY MUCHA PROFUNDIDAD EN TUS ESCRITOS. VOLVERE A VISITARTE PARA SEGUIR DISFRUTANDO DE TU MIRADA; UNA OBRA GENUINA.
RECIBE UN SINCERO ABRAZO...
MAR
Suelo sentarme frente al mar
ResponderEliminary en silencio le hablo, le cuento,
comulgo con él, me serena...
Y en ese rumor de olas respiro fuerte
y me siento agradecida de tener tanto.
Es un gran placer poder reflexionar
a través de tus palabras.
Besos
IMÁGENES PROFUNDAS.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Bienvenida Mar, bienvenidos todos.
ResponderEliminarSi te gusta lo que hay aquí, pronto compartiré textos que tengo en la cocina a punto de salir y que no dejarán indiferente a nadie.
Un saludo,
Maravilloso lo que decís pensás tu musica y to adorable blog
ResponderEliminarUn placer tenerte en recomenzar
Un abrazo desde el otro lado
Sus parejas deben amarles mucho, es muy fácil amar a seres como ustedes Indiana y MJ. Dios no nos dejó solos, en sus nautas alas nos visita.
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