lunes, 4 de junio de 2012

ENTREVISTA A INDIANA OM (5ª Entrega)


  •  Mª JOSÉ, compañera y amiga, "amable, noble y con sentimientos tiernos"

Degas
¿En tanto, de qué depende conocer nuestra verdadera naturaleza, o conectar con nuestra alma y hacer eso permanentemente?:
-¿De qué te venga dado, tanto la inclinación de indagar como la inercia de enredarte con asuntos de la mente?
-¿De qué se produzcan determinadas circunstancias, ya sea por tenerlo todo y estar hastiado, o por pasarlo muy mal y tocar fondo al no poder más, y esto te desemboque en un abandono forzoso que te permita vislumbrar más allá?
-O abandonar el deseo de abandono, ¿cómo?, si la mente no te abandona…
 -De qué trabajes con prácticas, meditación y demás para tener las cosas muy claras, y una vez así poner toda tu energía e intención, (cuando no se pierde por los mil y un enredos que arrastramos y nos atrapan y por toda la locura que nos rodea), por ejemplo retirándote de todo como el nauta, para así poder hacerlo vívido en ti.
 -Tener paciencia y dejar que se limpie lo que se tenga que limpiar y se pose lo que se tenga que posar…
-O simplemente CONFIAR en que sea la GRACIA DIVINA la que se encargue. Y nuevamente el dilema… ¿y si no estoy confiando lo suficiente?

GRACIAS, un fuerte abrazo de todo corazón. 
M.José

-La pregunta es larga y sencilla a la vez. Está muy bien expuesta y eso denota mucho conocimiento y una cierta experiencia e insistencia en el tema, que ya voy apreciando en ti, si me lo permites, y por lo que te conozco, cada vez de una manera más seria y sincera, y esa honestidad es un gran porcentaje. Aunque muchas de estas cuestiones ya las hemos tocado en otras preguntas, vamos a insistir porque ya sabéis que en la repetición se basan las enseñanzas y los aprendizajes de cualquier cosa, incluso de nosotros mismos.

Se dice que el “principio” básico y esencial de todo es algo verdadero porque es completo, perfecto, sin carencias ni necesidades, absoluto en su existencia, es decir que no depende de nada para ser. Somos eso, dicen todas las tradiciones y normalmente la esencia del pensamiento filosófico más consecuente con la meta que el ser humano quiere conquistar: la FELICIDAD. Esa es la cuestión, todos los seres buscan la felicidad, a su manera y entender. Lo que ocurre es que unos buscan “su” felicidad, en términos relativos, una felicidad que depende de unas causas ajenas a nosotros mismos, externas, y cuando cesan esas causas ese tipo de felicidad desaparece también, y nosotros, que habíamos puesto nuestra energía y confianza en la consecución de ese estado, cuando lo perdemos, sufrimos porque no hemos sabido perpetuarlo, porque ya no lo tenemos, porque no nos sentimos así, de esa manera que habíamos asociado con nuestra felicidad. Llámese coche nuevo, pareja maravillosa, fama, poder, dinero y riquezas, o lo que se te ocurra. El problema no es la meta fijada, conseguida o no, el asunto es que siempre, en el fondo, estamos insatisfechos, como si no pudiéramos colmarnos y saciarnos del todo con nada, y vamos como el burro (con perdón) tras la zanahoria sin llegar a alcanzarla jamás, pero sin cejar en el empeño engañoso de seguir intentándolo. ¿Cuás es la energía que nos mueve a ello? El DESEO. El deseo que se alimenta de otro, y otro, y otro deseo jamás colmado. Es una rueda que no tiene fin. Y no hay nada malo en ello. No es una cuestión moral. 

Todo lo que te hace feliz de este modo, es saludable, pero a medio o a largo plazo esto nos agota, porque nunca nos deja satisfechos, por ello buscamos la meta en otro asunto distinto cada vez, tratando de dar con la estrategia definitiva. En esto se nos va la vida. Justificándonos a nosotros mismos nuestra actitud, y lo que es peor, enrolando en nuestras filas a gente afín a nuestras estrategias, organizando guerras fundamentalistas en nuestro entorno cotidiano en base a unos principios que varían tanto a veces y tan pronto, como nuestros propios pensamientos.

Vivimos a partir de un programa mental que se ha estado cimentando y retroalimentando a lo largo de esta vida y, dicen, otras muchísimas más. Somos automáticos en las reacciones que nos imponen las reglas de nuestro propio programa. Creemos que elegimos pero no es del todo cierto. Hay lugares recónditos y no fácilmente asequibles a nuestra voluntad, del programa, que emergen arrastrándonos a vivir un papel no siempre compartido por nosotros o por nuestro entorno, pero ahí está.

¿Cómo abordar el asunto de tomar los mandos del programa y no dejar que sea él el que nos dicte nuestra vida? Sí, parece muy Matrix todo esto, pero es que la peli lo ha tomado de todas las milenarias tradiciones que se han planteado esto seriamente.
En todos los flecos de tu pregunta tienes razón en cuanto a que hay muchos individuos con unas tendencias particulares (el programa de cada uno) y cuando quieren descubrir los entresijos de todo esto, deben hacerlo con estrategias afines a sus tendencias para no entrar en conflicto con sus inclinaciones y abandonar a la primera.

Ahí viene el tema del discernimiento, la sabiduría y el conocimiento que tanto os machaco cuando nos juntamos. Para salir del programa  empieza uno por DESPROGRAMARSE, y si esto se hace muy impulsivamente, como los hábitos que queremos dejar son muy fuertes, se corre el peligro de padecer “síndrome de abstinencia” de tu propio programa, por lo que hay que utilizar de una manera provisional, a veces, un programa alternativo, un ego espiritual con unas pautas de “comportamiento”, unas prácticas, un sistema de creencias no intrusivas que sustituyan de momento las viejas… Ese es el invento de la ESPIRITUALIDAD. Se trata de salir del programa de una forma progresiva y respetuosa con tu ego, de tal forma que no se produzcan alteraciones más serias que las que quieres dejar atrás.

Yo recomiendo el sentido común, observar mucho con honestidad y discernir con total objetividad todos los registros del propio programa (lo que llamamos MENTE). Tienes que empezar por intimar contigo mismo, y procurar que sea un proceso inteligente. Si depositas tu confianza en alguien al que consideras cualificado, debes rendirte con abandono y confianza, abrirte a todas sus aportaciones hasta que tu Maestro Interno empiece a dar señales de vida en ti. No es fácil. El ego es una maraña compleja y espesa, muy artera, pero con mucha insistencia, cuidando mucho tus niveles de energía y entusiasmo, verás resultados.

Esto es como una empresa. Tú haces tu inversión de capital y trabajo desplegado en el tiempo, quieres unos beneficios en unos plazos que te estableces, pero en el camino interior la rendición debe ser total, no pedir nada a cambio, paradójicamente, juega a tu favor. Lo que conseguirás tarde o temprano, en esta vida o en otra, es el tesoro más alto que un ser humano puede recibir: TÚ.

Todas las estrategias que se te propongan (disciplinas y técnicas) debes probarlas e integrarlas en tu idiosincrasia particular, no debes de forzar nada ni aceptar nada de pleno de entrada, debes de reivindicar tu libertad de elección siempre que oigas tu voz interior. Lee a los grandes maestros, literatura de calidad. Goza del arte y realiza arte si te gusta. Baila. Contacta con la naturaleza. Ama. Perdona, y disfruta de todas las cosas, incluso de las más insignificantes. Destroza los automatismos en tu vida. Proponte cada día que sea diferente, en cada momento, aunque creas que tienes que hacer lo mismo de siempre, pero no de la misma manera. Ayuna y pide, pide con intensidad y auténtica necesidad. Es imposible que no seas escuchada. Permanece consciente de ti y de todo lo demás todo el tiempo que puedas. Por lo demás, aquí estoy, como ya sabes, para aportarte un gramo de mi experiencia, que aunque no sea mucho, es honesto por los años intensos que llevo entregado a todo esto. Un superbeso.
Indy

CONTINUARÁ, próximamente con la última entrega, en la que interviene Pedro preguntando a Indy, amigo querido de mucho tiempo y seguidor incondicional de este blog.


7 comentarios:

  1. Gracias M.José por tu aportación e interés en colaborar con una pregunta tan importante para tod@s los que formamos el grupo. Es seguro que la respuesta de Indy, llegará a esas personas que se acercan a este espacio a leernos de forma silenciosa pero que sabemos que están ahí.
    Muchísimas gracias a tod@s ell@s.
    mj

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  2. Toda experiencia hace "aparecer" al yo, al sujeto que vehiculiza la experiencia. Un conflicto es otra experiencia más, con el añadido de que un conflicto divide. Es una escisión dentro del ánimo, un reclamo urgente a la decisión por uno de los extremos en detrimento del otro, que no quiere desaparecer porque desaparece una parte del experimentador con él.
    Cuesta decir esto y mucho más escucharlo y aplicarlo cuando el conflicto está en plena erupción, pero ante el conflicto lo mejor es hacer desaparecer al sujeto protagonista del conflicto. Si hay conflicto es porque el aferramiento al ego se está haciendo sentir en estado intenso. Mira directamente esa experiemcia, el objeto de la misma, mira el conflicto en estado puro, sin añadido intelectual ni memorias, sin etiquetas ni conceptualizaciones. Mira todo lo que ese conflicto arrastra, de la misma forma, me refiero a las emociones y sentimientos que se generan como un intento de respuesta. Mira el asunto en sí, en estado puro. Desnúdalo. Quédate con la energía o con la experiencia directa del estado que se presenta. Vive intensa y directamente el conflicto. Saboréalo. Permítete mirarlo a la cara sin rodeos. No lo alimentes adornándolo con respuestas victimistas o con algún tipo de tensión, que es lo que normalmente hacemos. Ama a ese conflicto. Escúchalo. Escúchalo como si no buscases una respuesta. No exijas nada a cambio. No huyas de él. Vívelo. Date permiso para vivirlo respirando ampliamente, abiertamente. Deja que te hable. Déjale espacio. Al final sólo importa, como ya sabes, la consciencia de la conciencia que está presenciando todo. La conciencia pura que está antes del conflicto, durante el conflicto, y después del conflicto. Lo único real es lo que siempre está ahí asistiendo a la vida. El resto es una fantasía que durará lo que duren las causas que lo originan, si no lo alimentas en clave de preocupación de un sujeto, eso que te pre-ocupa, dejará de ocuparte siquiera. Libre flujo con todo.
    Con amor.
    INDY.

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  3. Gracias Indy, por la rapidez con la que has contestado a mi pregunta ¿Qué hacer cuando se siente conflicto interior?
    Abrazo

    PD: Esta pregunta iba delante de la respuesta, pero...........!!!
    (un poco de risa):))))

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  4. Esta respuesta es para leerla y releerla infinidad de veces. Da la impresión de que en ella están todas las Respuestas.
    Muchas gracias.

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  5. Así es Pedro. Por eso, tanto pregunta como respuesta, ocupan un espacio único donde podamos extraer toda la enseñanza que contienen las palabras de Indy. Son para tenerlas siempre presentes...
    Gracias amigo, el siguiente eres tú.
    Un abrazo

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  6. Todas las almas están conectadas. Todas las almas son una. Una respuesta, una evolución en una de ellas, un salto de consciencia, un desarrollo cualitativo en un punto del infinito, imprime ondas y ondas que mecen y afectan al Todo. Todo sube de escala cada vez que una gota del océano divino se refina en su viaje de vuelta a casa.
    Cada conflicto es la tesitura de la Eternidad jugando a vivir. Cada latido suyo es una elección por la forma, en la expresión, que conlleva evolución y perfeccionamiento versus realidad.
    No hay problema sino videncia. Vida en cada ojo que elige instante a instante, entre la existencia y la no-existencia.
    Somos uno. Somos la unicidad jugando al imposible de la multiplicidad. Ama al prójimo y te amarás en total dimensionalidad.
    Con amor infinito.
    INDY.

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  7. En un momento sagrado, considerar posible soltar la historia personal y elegir paz, estableciendo las condiciones para recibir el regalo de la comprensión y la aceptación. Algo de repente mira seriamente al Amor y va a buscarlo más allá de la niebla del dolor, el miedo y la culpa.
    Estar en conflicto es estar al lado del ataque, y sólo se ataca a un@ mism@.
    Finalmente sueltas la idea de ataque pues deja de tener sentido y entras en esa ecuanimidad que sólo habla de libertad...

    Gracias siempre Indy.

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