lunes, 10 de septiembre de 2012

AMOR EN TRÁNSITO (1ª Parte)



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     “…Última llamada para zona de embarque a los pasajeros del vuelo 1112 de Lufthansa con destino a Frankfurt. ¡Din-donnn!... Les informamos a los señores pasajeros del vuelo a Londres 4320, que viajan con la British Airways, de que ya pueden facturar sus equipajes en los mostradores de su compañía aérea…”

       Las voces informativas restallan reverberando en la bóveda de la terminal del aeropuerto. Una mescolanza de ruidos indefinidos, lo inunda todo. Ecos de multitudes apresuradas arrastrando sus equipajes, timbres entrometiéndose periódicamente, ruedas que arrancan a la carrera cuando terminan los mensajes metálicos lanzados al espacio. Cuerpos aplastando su cansancio atrasado contra los asientos de plástico. Miradas perdidas en los espacios interminables que se dilatan aún más con las horas congeladas. No pasa nada y mil anécdotas florecen a la vez, insulsas, monótonas, repetitivas, como rituales mecánicos sin alma. Pura emocionalidad contenida que estalla en este punto, y en ese otro, y más allá, cuando dos o más cuerpos coinciden, en el tablero de ajedrez, en un mismo cuadro. Conversaciones absurdas y cansinas vomitadas por doquier. Humanidad en estado puro. 

"Dan McCaw"
        El mismo espectáculo de siempre teniendo como escenario el dédalo de corredores y salas de espera de un aeropuerto. Las mismas situaciones, la misma fauna aquí y allá. Apenas cambian las vestimentas en este lado del mundo. Pueden anunciarnos que estamos en Italia, Francia o Suiza. Alemania o España, que aunque sea diferente, en la panza de las terminales, las digestiones del material humano ingerido, son idénticas. Las maneras y talantes de cada país se diluyen al punto con cada invasión, cuando los Boeing descargan sus materias fecales a base de zombis, que montan en cintas transportadoras que los desplazan impersonalmente de aquí para allá. Ruedas que ruedan con sordo estrépito. Prisas y, a veces, no muy comedidas carreras. Latinos y nórdicos. Occidentales y orientales. Pantalones y sayos. Cromatismos chirriantes versus grises y pardos mustios. Explosiones de emoción frente a victoriana contención. Hipocresía y represión confrontada a la espontaneidad. Demasiada naturalidad, a veces, nadando entre mares políticamente convenidos. Fieras expresionistas a duras penas amaestradas, de ademanes malamente contenidos, conviven por unas horas robadas a la voluntad, con la jet set de todas las sociedades, que odia ensuciarse las manos con la mugre que se desprende por todo lo que la chusma toca. Castas reducidas a una misma condición de pasajeros en espera, en un punto que se sobrepone a todas las fronteras y distinciones sociales, en un lugar de paso. Es la escenografía de un tránsito. Un punto muerto condenado a sacudirse todos los viajeros constantemente, como pulgas. Un lugar neurálgico que estalla en mil direcciones, enviando a sus sempiternos e improvisados habitantes a países lejanos, y que, casi con total certeza, nunca más volverán a encontrarse. Un espacio que añora compulsivamente el vacío. Que renueva insaciable su plenitud contingente.  

       Y aquí me encuentro yo, sumido en esa tierra de nadie, donde tu identidad, procedencia y destino, penden de un minúsculo papel, y tu alma improvisa un sino impreso en este billete que quema mis manos.

Indiana Om 

 © Todos los derechos reservados  

Continuará.

14 comentarios:

  1. Las arrugas del destino o un arcoíris ondulándose por unos espacios surrealistas entre protagonista y los personajes que ahí, como él desfilan, por los pasillos desconocidos de esa tierra de nadie.

    Un principio, una primera parte, de un relato que queda abierto a nuevos senderos de interpretación.

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  2. La mía... es que el hombre crea siempre sus propios laberintos, nacen del cambio en el ambiente pues somos los únicos animales que lo podemos hacer. Así, aquí vamos en la voragine de la vida en el caracol de la vida y con el tiempo medido eso sí. Un placer visitarte. Un abrazo desde el otro lado del planeta.

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  3. Pues ya estoy impaciente por seguir leyendo...
    Besos

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  4. Que curioso, yo que no soy una persona tan evolucionara espiritualmente como Indiana, al leer la entrada me ha transmitido cansancio y no porque fuera pesado ¡todo lo contrario! sino porque realmente sentí ese cansancio de estar en un aeropuerto tras muchas horas de avión y aún debes conectar con otro vuelo y otro hasta ir o regresar de un lugar lejano. Y ves la gente que vine va, duermes unos minutos y al despertar la mujer rubia de enfrente ya no está..ahora es un hindú....y así el periplo hasta llegar a meter el llavín en la puerta de mi casa..
    Uy!..perdón, me enrrollé pero como ya está escrito pues lo dejo.
    Atenta estaré al siguiente capítulo.
    Un abrazo

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  5. Dramática pero certera descripción de la miseria humana en un aeropuerto. Pero añado con malicia que hay algo más, mucho más cromatismo, esperanzas, sueños de futuro, alegría de descubrir lo desconocido, destinos de ocio, desapegos e ilusiones por las que merece la pena ese breve sufrimiento cansino del que hablas, cuando el destino no es el camino.

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  6. En algún momento
    todos nos hemos sentido
    en los aeropuertos un poco
    como lo describes,
    un número,un autómata,
    manejado por hilos invisibles
    en donde tu persona
    poco,o nada cuenta.

    Un beso

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  7. Describes con toda realidad y el dramatismo que ocurre en los aeropuertos
    Toda la intriga para esperar la siguiente pparte
    Un abrazo

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  8. Unas lineas que dicen la verdad, hace poco yo tambien hice alusion a las conglomeraciones que escupe la multitud! me has llenado de perspectivas que no conocia, se te da muy bien lo descriptivo, gracias por prestarme tu ojo minucioso y ver lo que tu viste!

    Estamos destinados a cruzar miradas con millones de personas en nuestra vida y ha contar con los dedos de las manos los verdaderos amigos, existen muchas personas en las corrientes multitudinarias que sería un lujo conocer; sin embargo hay algo que lo evita, mi intelecto no llega a comprenderlo.

    Si es cierto en ese lugar todo tu ser se comprime en un papel y si se pierde te conviertes en un enemigo peligroso que es mal visto por el entorno!

    Este escrito ha revelado tu vision critica con finisimos toques que solo una persona grande en las letras puede comprender y aún más dificil ordenar esas ideas para luego convertirlas en lluvia refrescante literaria!!

    amor en transito a pasado la prueba caminando!! saludos y abrazos a la quinta potencia mj!!!!!

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  9. Tránsito en espera.
    Casi siempre , espacio para las emociones.
    Un aepuerto es un mundo de todos y de nadie...

    Saludo enorme. Buen dia.

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  10. Queridos lectores todos. Claro que las esperas en los aeropuertos tienen cosas como las que se describen y otras muy distintas, tantas como personas y conciencias. Pero ya sabéis que esto no es más que la presentación de un relato en el que se pretende llevar a través de la óptica personal de un personaje concreto y particular a algo tan universal como puede ser el amor, mejor dicho el Amor.
    La narrativa tiene estas cosas, que te permite "largar" con ausencia de responsabilidad con respecto a los "hijos" de la imaginación, que, aunque a veces nos retraten un tanto,siempre se puede decir que es ficción (Je,JE) y escaquearte de las críticas.
    Bueno, creo que el relato se explicaría mejor leyéndolo de un tirón pero eso en un blog podría ser un tanto durillo. Esto no es más que la presentación. Espero que lo disfrutéis tanto como yo escribiéndolo para ofrecéroslo.
    Muchísimas gracias por los comentarios que ayudan mucho a salir de los encierros que provoca la creación y airear vuestros puntos de vista que me ayudan un montonazo.
    Besos cariñosos, lector@s.
    INDY.

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  11. Como escarabajos enloquecidos viajando de aquí para allá...

    Saludos.

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  12. Pues, yo me leí esta entrada y la siguiente y con todo lo que viajo -siempre digo que los aeropuertos son mi segundo hogar- me ha encantado toda la ambientación de tu personaje en ese viajar, yéndose como si pudiera huir de un amor roto, pero en el fondo tratando de encontrarse a si mismo en ese peregrinaje. Al menos, eso es lo que me inspira.

    Miles de veces he estado en aeropuertos y miles de veces mi estado anímico ha sido diferente, dependiendo de en que punto de mi evolución personal me encontraba y de las circunstancias del momento.

    Abrazos y a la espera de las próximas entregas.

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