A las calles envío mi alma
para abrazarlo todo,
desde mi ventana hago volar un beso
que acaricie los gestos
de las gentes que pasan
acompañadas con su pesadumbre.
Transito los laberintos urbanos
espejo de los humanos
que allí habitan
entre mugre y emoción,
inhalando la contaminación
de mil mentes estallando
como cargas sin profundidad
ni remedo.
Creo que estoy hallando
y no comprendo
porqué todo huye tan deprisa
cuando pongo empeño
en capturar esa brisa
que resbala por mi rostro,
cuando quiero meterme
en el bolsillo
a todo el mundo entero.
La locura dura
lo indescriptible,
lo escuetamente necesario,
lo que precisa lo dudoso,
lo que calcula el rosario
de emociones desatadas
al viento de la ignorancia.
La tormenta ruge solitaria
clamando un corazón,
la razón mira fría
no pudiendo penetrar
más allá
del movimiento a la sazón.
No más evasivas,
no hay misivas.
Sólo quedo yo,
apenas yo
cuando busco
una excusa firme
en el ojo del huracán.
viernes, 15 de noviembre de 2013
EL OJO DEL HURACÁN
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He intentado muchas veces encontrarlos, su blog siempre se ha quedado sembrado en mi como algo inmensamente hermoso, como esa espiritualidad que no queremos se nos escape y aquí tiene su refugio y gracias a Dios, los he encontrado justo en el ojo del huracán.
ResponderEliminarMi fuerte abrazo, Indiana Om y mj
Mayra (Alborada)