La Vida es un juego que se juega a sí mismo.
Un juego exento de jugador.
Un juego sin ganancia,
un juego en el que tampoco se pierde.
Un juego sin ganador ni perdedor.
Un juego que nadie juega.
Un juego que a nadie distrae y que siempre entretiene.
Un juego complicadamente simple,
endiabladamente atractivo,
un juego para pasar el tiempo,
para matar el rato que dura la existencia
que se abrasa en su propia flama.
La Vida es un juego del que se adueña
una esbozada historia.
Un relato indeciso en su arrogancia,
orgulloso en su ignorancia.
La Vida es un juego que se reduce a la vida
cuando insiste en que entre a escena
el jugador.
Del poemario: "El espejo se mira en mí"
Indiana Om
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Y ese jugador, cuando la vida lo hace entrar al juego, se empeña en saber más que la vida.Mejor expresado imposible. Crea mucho espacio y una extraña (pero buena libertad) leer detenidamente este poema, verso por verso.
ResponderEliminarSaludos Indy
Doy gracias al cielo (o al infierno, es lo mismo) por la maravilla de amiga que eres y por el grupo tan especial que me ha puesto delante. ¡Cuánto hemos crecido juntos!
ResponderEliminarTodos estos versos no tendrían sentido sin ti, MJ, y sin las compañeras.
Gracias infinitas también a los lectores y, como decía el de Murcia... "y seguimos".
Saludos amorosos hasta lo quántico (que así se mete por todas partes)
Indy.
Los tres últimos versos resumen muy bien
ResponderEliminarel juego de la vida.
Un abrazo muy grande
Maravilloso esquema que mueve cosas asentadas en cada uno de distintas formas. Abrazo.
ResponderEliminarMi sicero reconocimiento a todos y muchas gracias por vuestro ánimo.
ResponderEliminarIndy