lunes, 3 de noviembre de 2014

Y DE REPENTE







Y DE REPENTE…






…Y de repente, caes en la cuenta de que habías olvidado que debías recordar que no tenías que caer en el olvido. Te percatas con este ovillo de olvidos y recuerdos, de encuentros y desencuentros contigo mismo, de ausencias presentes y presencias ausentes, que llevas toda una vida precisamente intentándolo; yendo y viniendo fuera de ti, hacia ti. Y aquí, en este instante, al punto, en la punta de este punto, me caigo de mi ignorancia clarificadora y se hace la oscuridad que parió a esa misma luz alumbradora.

¿Dónde está ese lugar en el que suelo perderme? ¿De dónde me fui cuando salí de mí?


No hay otra cosa que esto y sólo esto, subyaciendo al discurso que me autoimpongo tratando de retransmitir mis maniobras y cabriolas externo-internas. Sólo esto y nada más. Tan simple, tan abstruso, como quiera eso que llamas mente, tu mente, que única-mente quiere más. Más de lo mismo, más de lo viejo, de lo muerto. Más discurso. Más transcurso y trayecto inútil. Más vida muerta paralela a la vida viva.


En ese instante se derrumban todas las instrucciones y técnicas, todas las disciplinas y redireccionamientos hacia el recuerdo de mí. Recordándome me olvidé de mí. Tan fácil como estúpido.


Nada que hacer en la quietud, ni en la acción, para que sea lo único que es.

Lo demás, es mera interpretación, trasposición o traducción a la invención de la convención: el lenguaje. Un lenguaje como éste que sólo acierta a divagar porque no quiere cesar, y se emplea a fondo para mantenerme en la superficie perpetuando el espejismo sin espejo, en un naufragio sin mar, en una nube sin cielo, en un estar sin ser.


Y algo te reconoce a ti y respira, y tu incansable compañera, esa mente que se deshizo por momentos anegada de certeza e incredulidad, queda tan boquiabierta como tú ante su propia estupidez iluminadora, apenas pudiendo balbucear unas tan empecinadas como inútiles preguntas: “¿Cómo etiquetar esto? ¿Cómo nombrar lo innombrable? ¿Cómo reconocer lo que no puede ser conocido?”


Y te sientes de vuelta de ese permanente “estar de vuelta” de dar tantas vueltas…




Indiana Om



4 comentarios:

  1. Pura rendición ante el caer en la cuenta de que no hay nada que hacer y ni dejar nada que hacer. Solamente dejar que lo que tenga que ser sea sin otorgarnos autoria de nada, (lo que tanto nos sueles decir tú en las meditaciones) Nada depende de nosotros. Recuerdas el proverbio de el otro día: "somos un mero pensamiento, nacemos de un pensamiento"...
    mj

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  2. Que decirte, amiga del Gaoalma, que eres un reflejo precioso al que valoro enormemente...por ti es todo esto y gracias a ti lo expreso y llega a quien llega. Nunca daré lo suficinete las gracias por tu ayuda...

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  3. Alegria de fluir en quietud.
    Gracias

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  4. Gracias, Luz. Me hace tanto bien leerte en mi blog...Es como si estuvieras aquí en casa compartiendo un té con nosotros...Te quiero, compi...

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