UNA SESIÓN DE ALMA CON VÍCTOR TRUVIANO.
Totana (Murcia) - 29 de Noviembre - 2014
A las diez en punto Víctor
enciende, con el ceremonial de su movimiento puro, la lámpara de aceite que
yace sobre sus esterillas y telas en el suelo, junto al sillón donde él va a
estar recibiendo y auspiciando miradas, personas, almas…
La gente, al otro lado de la casa,
va llegando a través de la sala de meditación. Conviene esperar turno. La
energía, una vez abierta, no debe tener interrupciones. Todo el mundo alega
situaciones y ocupaciones. Todo el mundo quiere entrar ya. No se quiere esperar
mucho tiempo. Casi nadie de los presentes ha hecho nunca una sesión de este
tipo con Víctor. Nadie, sin el casi, probablemente pueda sospechar el alcance
de esta alquimia. No es un reproche. Todo esto va más allá. Siempre más allá de
lo imaginado. Y es que la fantasía aquí juega lo suyo a inventar propósitos,
expectativas u objetivos. Todo el mundo trae su concepción hecha. Todos traen
prisas acompañadas de mil historias particulares. Otros han realizado un enorme
sacrificio y recorrido muchos kilómetros y empleado horas de camino salvando no
pocos inconvenientes para estar aquí unos eternos minutos en presencia de
Víctor y, curiosamente, son los que menos urgencia demuestran.
Tal vez sea conveniente exponer que
el tiempo previo (y el posterior) a una sesión de alma es crucial para esbozar
una actitud adecuada de apertura y recepción de esa energía que les va a hablar
desde un sitio que ni se sospecha en uno mismo. Si las miradas son el espejo
del alma, los ojos de Víctor son un gran océano cósmico en el que zambullirse y
anegarse de paz y compasión. Es el abismo ideal para hundirse en uno mismo a
través de ese cosmos que te anega pacíficamente. En palabras del propio Víctor:
“es el universo asomándose y mirándole a
uno”.
En verdad que cada ser es una
trayectoria única y especial. Cada uno porta en su mirar el reflejo del
equipaje existencial que arrastra. Cada individuo se posiciona ante el infinito
de una manera inequívocamente coherente consigo mismo y su relación íntima con
él mismo quedará patente ante los ojos que desnudan y sinceran.
Yo voy guiando a través del largo
pasillo en penumbra, una a una, a todas las personas que van a recibir la
sesión de alma, con respetuoso paso y silencio, llevándolas hasta el umbral de
la estancia donde Víctor les aguarda sentado en un sillón.
Yo espero su desarrollo y asisto
desde unos discretos metros de distancia de tal modo que veo el rostro de los
que reciben la sesión, quedándome Víctor de espaldas.
Él toma sus manos como leyendo en
ellas o estableciendo un contacto que chequea dulcemente sin intromisión. En
realidad, Víctor realiza “una oración de
intercesión entre la persona y el universo”. Todo en él es precisión
vestida de sencillez e inmediatez. El infinito se acerca a los pies del que
recibe… o lo permite. Algunos no se atreven ni a mirar sus ojos. Otros no saben
qué hacer. Los más, tratan de sostener la intensa mirada que les envuelve, lo
más concentradamente que pueden, como si de una técnica se tratara. Yo puedo
ver en sus rostros lo que el propio Víctor está realizando. Puedo advertir la
historia de la sesión. La historia de cada historia particular. Cada rostro no
es ya sólo el espejo de cada alma que se arrima allí, a la fuente que irradia
Víctor. Cada rostro es en verdad en ese instante, para mí, el reflejo que lanza
un espejo del propio sol que destella a través del mismo. Las expresiones se
mudan desde la incertidumbre inicial, pasando por estados diversos de tristeza,
asombro, felicidad… hasta el agradecimiento final. Toda una narración explícita
de lo invisible o, al menos, de lo que no se suele permitir dejar entrever, que
se evidencia escrito con lágrimas y sonrisas.
Víctor aduce que las gafas nos
esconden, nos parapetan y eximen de la responsabilidad de mirar tal cual es
nuestra realidad. Muchos no están en situación, por otra parte, de ver cara a
cara la infinitud de posibilidades que se nos muestra por unos eternos minutos
que trascienden el tiempo. Algunos no quieren asomarse siquiera al cambio,
aferrados a lo de siempre y parapetados tras su carga de justificaciones
mentales que arrastran consigo. Otros, no es su momento y no vinieron siquiera.
Yo leo todo esto en cada encuentro,
en cada rostro que me destella a Víctor, al universo, a la fuente que todo lo
puede, al infinito amando a pesar muchas veces del filtro que el individuo
trata de mantener estratégicamente incluso en este amago de “juicio final”.
Allí, nos sinceramos de necesidad. A mí me impactan esos reflejos variados del
universo expresándose a través de cada ser, del infinito disfrazado de finito,
de lo eterno en lo fugaz. Las emociones supuran, los sentimientos no mienten.
La verdad nos des-cara… Lo directo me llega indirecto. La reflexión se
despliega.
Cuántas almas no quieren ni mirar.
Cuántas personas temen reconocerse en verdad. El sol está ahí, disponible, a
mano. Sólo hay que dirigir los ojos, la atención y, tal vez, por qué no, la
intención. La respiración se agita, la emoción la cabalga, el ánima se ciega. El
amor llama a la puerta una y mil veces pacientemente durante unos minutos que
son toda la eternidad.
De regreso, unos avanzan
silenciosos. Otros gimen. Los más exhalan amor a través de un corazón abierto
por la llamada de la dulzura. Sólo la pureza realiza el milagro.
El amor espera una nueva historia…
Indiana Om
SESIÓN PÚBLICA DE ALMA CON VÍCTOR TRUVIANO
Totana (Murcia) - 30 de Noviembre - 2014
Amanece nublado. Toda la semana ha
estado lloviendo a intervalos en una zona especialmente necesitada de agua. La
gente empieza a llegar al Pabellón Polideportivo de Totana, donde se va a
desarrollar la sesión pública de alma con Víctor Truviano. Las esterillas se
acomodan, las sillas se emplazan, la gente conversa, saluda, se conoce, se
agrupa en corros… los niños corretean ajenos a la parafernalia del evento. La
organizadora, entre la escenografía muy cuidada de velas, alfombras y telas
ricamente decorada con símbolos
auspiciosos tibetanos, da una explicación oportuna sobre la actitud para un
mejor aprovechamiento de la sesión acerca de la respiración no alterada, el
silencio, el orden… Se les explica un tanto los logros de Víctor Truviano, su
oxigenación cerebral al cien por cien, su inedia, su alto estado de conciencia…
Cuando llega el grueso del grupo,
servidor, Indiana Om, se dirige a buscarlo. No conviene cortar la energía. Todo
debe de ser de continuado.
Víctor se emplaza flanqueado por
los dos organizadores como asistentes suyos y da por iniciada la sesión tras
prender la mecha de su lamparita de aceite.
La larga cola de los más de
trescientos asistentes comienza a desfilar ante Víctor que recibe sin prisa ni
medición de tiempo alguna, una por una,
a todas las personas allí congregadas.
Los niños corretean, juegan, e
incluso alborotan. Víctor toma en sus brazos a una niña que arrastra
insistentemente una sillita de plástico provocando ruido continuo y la deposita
en su gran sillón de almohadones anaranjados. La niña al punto queda totalmente
calmada, inmóvil, silenciosa. Todos los asistentes quedan asombrados por el
cambio de actitud tan radical en la niña.
Víctor continúa el “ritual” persona
por persona. Saluda con una sonrisa y una elegante inclinación tomando por las
manos a cada uno. Los mira desde la infinitud y sonríe eternamente.
De cuando
en cuando Víctor se sienta brevemente en absoluta concentración dentro de la
disolución más absoluta de la personalidad que conocerse pueda. Son momentos
que vivimos con total intensidad. El silencio más explícito reina. La quietud
anega el ambiente. Después retoma su recepción. La cola es interminable. El
evento dura más de tres horas. Niños, jóvenes, adultos, personas mayores, todos
de diferentes nacionalidades han acudido.
A Víctor le hacía especial ilusión
este evento público donde la alquimia en la que él cree se desarrolla
plenamente. Una alquimia que necesita de los dos polos, los dos elementos que
entran en contacto, y de la atención intensa desplegada que obra la
transformación.
La organizadora cierra la fila y recibe su particular sesión.
Víctor me invita a pasar a mí también. Yo hago un ademán de cerrar con ella el
evento.
Víctor se sienta en su gran plataforma de almohadones y se sume en
profunda quietud y recogimiento. El silencio es atronador. La meditación
natural, en estado puro se derrama por toda la sala de una manera intensamente
pacífica.
Salimos entre saludos y gente que
se arrima para tener su foto o entregarle algo. Ya fuera le explico que no he
tomado sesión de alma alguna porque estoy más que saciado y honrado con su
presencia, que todas mis conversaciones que desarrollo con él mirándole plenamente
a los ojos, son una sesión continua de alma, que este fin de semana me ha
aportado más de lo que alguien puede recibir. Que mi entrega ha sido total con
la organización realizando un puente entre la gente y su energía poderosa. Que
me siento muy afortunado con su amistad y trato, y que nada más puedo pedirle,
ni siquiera una sesión de alma como todas las que cada uno de los que se han
acercado han disfrutado. Cada uno debe asumir su papel y su lugar, y ese día,
el mío era, simplemente, servir y propiciar…
Indiana Om
Es maravilloso que tengamos la oportunidad de estar ante este gran ser. Gracias a ti Indy, muchos y muchas la hemos tenido. Yo sólo puedo sentir que he sido regalada por todo esto que hemos vivido las dos veces que Víctor a estado en nuestra localidad.
ResponderEliminarMil gracias
Un abrazo enorme
mj
Gracias por compartir la jornada. Ojalá algún día pueda acompañaros en persona. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias solo Gracias...desde la distancia, sin distancia...no hay palabras para describir lo que siente al leer, palabras que llegan directo al Corazón...bendecidos los que han estado en su Presencia...bendecidos somos los que solo leyendo sentimos la Esencia de todo lo que Es...Gracias inmensas Vic..gracias inmensas Indy los amo...
ResponderEliminarGracias a tod@s por vuestros comentarios amorosos. Víctor está ahí, Babaji está ahí, la energía del universo que propicia está ahí... sólo la atención y la apertura a ella propiciarán los cambios... así es esta alquimia...
ResponderEliminarMás adelante diseñaré una amplia crónica, esta vez gráfica, con muchas imágenes sobre el evento de las sesiones de alma públicas en este blog también...ya anunciaré...
Gracias, Vi, por confirmar todo aquello en lo que siempre creí...
Indiana Om
Fue un día maravilloso,es la segunda vez que estoy ante él y es tan inmensa la paz que se siente que no se puede explicar con palabras.Gracias por haber echo posible pasar esa mañana tan especial.
ResponderEliminarGracias ati por tu presencia. Habrá más eventos seguro...
ResponderEliminarMuy interesante descripción de lo que seguramente han sido momentos muy intensos espiritualmente.
ResponderEliminarMe ha dicho MJ que Víctor es argentino, por lo que intentaré concurrir a verlo cuando esté por aquí.
Gracias
Abrazo