jueves, 14 de julio de 2011

LA INDAGACIÓN SOBRE EL CUERPO

LA BÚSQUEDA DEL INFINITO EN LO FINITO (4ª parte) 

Tomemos un átomo como unidad más simple en este umbral de visión y compresión. Pequeños sistemas solares multiplicados por millones y millones, inalcanzablemente incalculables, habitan lo más hondo de nuestra realidad material, despreciados por no ser visibles de normal para el hombre cotidiano.

De nuevo reflexionemos… ¿soy yo la suma inapreciable de estas órbitas vibratorias? ¿Estoy yo en cada una de estas minúsculas partículas que giran dejando grandes intersticios de espacio vacío entre sí? ¿O quizá empiece a ver que hay una inteligencia orquestando todo, sea cual sea el nivel en el que me emplace? Si puedo empezar a contemplar esta posibilidad ¿Dónde está sustentada esa conciencia? ¿En cada una de esas partículas quizá?

Penetremos más y más todavía.
Aunque átomo literalmente significa no-divisible, la ciencia cuántica (tan de moda hoy día) ya desveló aún otros niveles subatómicos hasta donde pudo ver, porque la necesidad de ver, la función, hace el órgano, el instrumento de constatación, y el ojo de la ciencia entró en el mundo de los quarks, neutrinos y otros nombres de realidades cada vez más infinitesimales.



La carrera aquí es tan insondable como lo permiten los medios técnicos que necesita el científico, pero éste es un nivel que impone sus reglas: el observador, que es un campo cuántico similar al que observa, interfiere en el experimento y “afecta” sus resultados porque, en realidad, cabría decir que son partículas observando otras partículas en el gran sistema cuántico.





Al igual que diría el yogui meditador, que hace miles de años ya vió esto sin necesidad de instrumento mecánico alguno que no fuera su conciencia, el observador y lo observado son lo mismo.

A partir de este punto llegaríamos a la “disolución” de la noción de “partículas sólida”, y entraríamos de lleno en este espacio inteligente pleno de energía y puro potencial de posibilidades. Podríamos hablar de una NADA. No forma, no volumen, no color, no sonido, no olor, no tacto… Nada de lo que rige nuestra realidad sensorial funciona aquí para conocer.

Sólo una conciencia silenciosa que empapa ese “espacio” activándolo “caprichosamente” y produciendo (¿cómo decirlo?) aquí y allá fenómenos sin reglas racionales, simplemente porque sí, por el mero hecho de existir. Una existencia efímera que paso a otra, y otra, y otra… incansablemente, eternamente. 

Es la gran danza de la vida que subyace a todos las realidades, atómicas o cósmicas.
Tan sólo una mirada indagativa durante unos minutos te permite ver el misterio de los cimientos de la existencia. ¿Dónde queda mi estrecha realidad cotidiana con la que sostengo mi historia personal? ¿Dónde quedan mis penas y alegrías aquí, en esta visión tan profunda como sincera? ¿Dónde quedo yo? ¿Dónde queda Dios, la ciencia o la religión? ¿Dónde emplazar todos nuestros conceptos y creencias en este vacío sabio?

 Y ésta es la mirada indagativa hacia dentro. Pero, lo que yo considero que soy como realidad, un ser humano, ¿no es acaso una partícula de conjuntos aún mayores, que forman orgánulos de otras unidades, y éstas a su vez elementos que dan lugar a órganos de sistemas de cuerpos y así sucesivamente en cada nivel superior? 


 ¿Hasta dónde puede tu mente imaginar aquí? ¿Puede abarcar el INFINITO? 
“La elección es tuya… ¿Qué realidad quieres VIVIR?

Indiana Om
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2 comentarios:

  1. me gusta eso de que la realidad "estaría hecha de pensamientos", después, mucho de lo que aquí se vierte, por no decir todo, escapa a mi entendimiento que a veces creo está en su etapa primaria. Lo digo sin vergüenza por que así he sido criado o educado, como mejor suene, por eso las alturas de este post están demasiado elevadas para mi. No obstante quisiera comprenderlo.

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  2. He retornado pero aunque estoy aquí, no será durante mucho tiempo.

    Te veo alcanzando cumbres del pensamiento. De un pensamiento claro y ordenado y nada díficil de entender salvo por el resultado final. Hace mucho tiempo que no me hago preguntas sobre mi misma, simplemente he aprendido a aceptarme como soy -que no ha sido tarea fácil, dadas las circunstancias de mi educación y del medio social en el que me he desarrollado- y trato de abrir los ojos y observar lo que me rodea con el único fín de gozar de la presencia de otros seres vivos aunque éstos se llamen fauna y flora y minerales.

    Lo que no termino de perdonarme es que no consigo venir con la frecuencia debida a disfrutar de tus enseñanzas. Pero estoy en ello.

    Un abrazo de Franziska

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