El mayor logro es zafarse de la propia historia personal. Abrirse a alguna otra cosa que la propia concepción. Aniquilar el amor propio. Sobrepasar, o quizá, demoler, esa sólida y muy insistente montaña de hábitos que todo el mundo llama “yo”. Poder avistar el tablero de juego de la propia vida con la suficiente perspectiva como para no sentirte seducido más allá de lo imprescindible por el rol de “ficha”. Ver el desarrollo de todas las posibles estrategias, advertir su evolución, y no actuar en consecuencia cueste lo que valga. No entrar al trapo ni ir a toda vela. Tampoco se trata de que te traiga todo al pairo. Desnudos de propiedad. Impropios del mundo. Ajenos a propios y extraños. NO apropiarse de NADA.
Indiana Om
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No apropiarse de nada y recordar continuamente la mirada desde el otro lado,esa mirada impersonal...
ResponderEliminarVerificar todo el tiempo quién vive mi vida, cuánto de verdad hay en el yo que siento como protagonista de mi historia hasta descubrir que la serpiente(aunque aparentemente peligrosa)es una simple cuerda y no hay nadie ahí detrás...dentro...fuera...arriba...abajo...
Es difícil desprenderse del individualismo. Pero si se llega a conseguir, como camino para alcanzar otro conocimiento y otra conciencia, es una opción plena de satisfacciones.
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