jueves, 15 de diciembre de 2011

HEMORRAGIA EMOCIONAL

-Una enfermedad física es un desplazamiento de la conciencia, que no ha sido atendida en otros niveles, al cuerpo. Es un mensaje, dicen, del alma hecho forma, explicitado en el síntoma, en la dolencia. Dispuesto a sacudir y desestabilizar, en virtud de un desequilibrio, nuestra atolondrada y adormecida atención en los brazos de la comodidad y la costumbre.


-Una noche oscura del alma es un desplazamiento de la conciencia a otros cuerpos (niveles) de entendimiento más abstractos, más sutiles. Es una sacudida energética con impactos letales en capas mucho más profundas y escondidas, inaccesibles a la consciencia ordinaria. El síntoma suele ser más velado pero igualmente intenso y lacerante: una irreprimible tristeza, un dolor tan ilocalizable como etéreo o una melancolía sin tregua y a ultranza que todo lo salpica a diestro y siniestro, dentro y fuera. En el interior. Hacia el exterior. La visión se empaña y empeña merced a un alma en pena que se purga de emociones remotas largo tiempo reprimidas y enclaustradas en forzoso silencio y soledad.





-¿Qué hacer ante el remolino de las emociones negativas? ¿Cómo actuar en el ojo del huracán kármico? Nada. No hacer nada. No moverte, y así apreciar como todo gira, empieza, pasa y acaba. Y darte cuenta que tú no eres eso. Que no puedes serlo porque no te mueves. No cambias. Tú eres el que aprecia el cambio porque tu punto de vista es quietud férrea.
Aprecias el ruido porque eres silencio. Ves los fenómenos sucederse porque tú eres el espacio que lo permite. Si tu giras en el eje del huracán, con tu movimiento no podrás valorar el movimiento de los fenómenos que se desplazan en torno a tí. Si todo se mueve, hasta el observador, ¿quién puede certificar el cambio o medir la velocidad.
 ¿Cuál será el contrapunto del movimiento del fenómeno observado? ¿Otro movimiento? ¿Cómo va a apreciar su quietud el observador si éste se deja contagiar por la epidemia de lo cambiante?

Es duro ver lo que dura en plena hemorragia emocional
No dejarte engullir, arrastrar o afectar por la intensidad de una energía que gime y hasta ruge cuando se libera de la oscura gruta de tus entrañas subconscientes, no es empresa fácil. Requiere estar curtido en más de una tempestad el percatarte, en mitad del fragor de la batalla contra las salvajes olas de la emoción desatada, de que hasta esto, es temporal.
En lo más agudo de la intensidad de la tormenta, tras quizá años de veteranía, apreciarás que todo pasa, hasta la vida. Que después se sucederá la calma como contrapunto necesario, compensación del héroe forzado y forzoso. Sólo es cuestión de esperar. De esperar y ver. Ver que a veces no queda otra opción que recoger velas y abandonarse a merced de la fuerza desatada cuando los maderos del ánimo crujen con cada embite al empeñarte en tu ruta. No emprender ninguna otra como alternativa. Dejarte llevar y sacudir sin argumentar. Apreciar la furia de la Naturaleza. Humillarte en tu pequeñez y entregarte rumbo a lo impersonal arrojando la  vanidad y el orgullo por la borda.
Ponerte en manos del enemigo será como sentir la complicidad de un camarada ganado. Y aprender. Aprender a no intentar comprender. Sólo dejarse mecer por el imponente ritmo de los acontecimientos.

Ellos te llevarán (que no sea a pesar tuyo), más allá de tí, a las soleadas riberas de tu corazón. Al lugar más íntimo de lo sagrado. Al centro de tu quintaesencia.
Cualquier anhelo de aventura remite al explorador. A la iniciativa personal que se sobrepone a lo ordinario orgullosamente. Entregar tus armas y deponer la lucha, acaso sea la mayor gesta que puedas emprender para no escribir más y más páginas en tu inventario de la experiencia vital. No alimentar la enfermedad es la mejor medicina. No alentar más los remolinos del tiempo, la sanación definitiva. Muerto el perro, se acabó el mal.
Morir a tu vida, desalojar tu historia.
                                                    Indiana Om

   © Todos los derechos reservados              

3 comentarios:

  1. me encanta como escribes ..........espontaneo y desde el alma
    El comienzo de mi texto en mi blog es para que cada uno de ustedes le de el sabor que ustedes quieran la historia tenga
    por lo tanto te espero a desvelar tus velos

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  2. Entregar las armas.
    No es rendición.
    Es victoria

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