martes, 19 de marzo de 2013

NADIE MIRA



NADIE MIRA

El ojo se detiene dejándose penetrar
sumiso, pasivo,
por una luz que ni lo intenta.
El mundo se inventa
sin propósito ni enmienda
organizando texturas, colores y formas
en sinfonías sincopadas
de caóticos cromatismos
derivados
de un ritmo monótono
aplastantemente implacable
que sólo avanza
sin remisión de pasado
más que en el invento
enfermo del recuerdo.
Nadie mira
nada se siente ni empieza
todo muere y muere
engullido por el negror
de la más impávida
ignorancia.
Esa luz, ese fulgor tenue
que vomita intenciones de fantasía
irreales en su engaño
huérfanas de autor
que quiere ser haciendo que todo sea
viviendo mientras mata,
matando mientras muere.
Ser, ser, derivando en existencia
apenas un retal desflecado
de lo imposible
un destello desesperado en una noche
negra e insondablemente despiadada.
Bracear en el espacio para sentir
el marco afilado que todo lo desagua,
para agitar un atisbo de tiempo,
un hilo que ensarta el pasar
una vez y otra
y otra más
hasta demoler el alma improvisada
en el rosario de un devenir vertiginoso.
La ancestral letanía de los nacimientos
gira y gira feneciendo
al respirar.
Quiero ser, necesito necesitar
anhelo desear más
hasta romper mi faz
y perforar mi centro periférico
que me lleva a ningún sitio
preferentemente ajeno
absolutamente concreto
evanescente como la montaña
pétreo como el aire
agónico como el fuego nervioso
de la serpiente que aguijonea
el corazón del siervo.
Quiero ser un poco más
que todo sea también conmigo,
no deseo disolver mi papel
en el charco sin dimensión
del poder implacable de un dios
que no mira más que por mis ojos,
que no siente sino es en mi corazón.
Ahora me pides que te busque
yo, huérfano desahuciado
y errante
al capricho de las tormentas
del sentimiento y de los delirios
de la razón.
¡Déjame en paz!
No me busques, no me llames
sólo mis pies me llevarán
allá donde no pueda esconderme
del escondite
de un juego que yo jamás empecé.
He ensayado mil tácticas
muriendo a millones de vidas
confundido en infinidad de cuerpos
e historias.
¡Un resuello! Al menos un instante
fresco para ungir mis heridas
y dar culto a unas cicatrices
que arrastro como lastre
de penitente penitenciario.
¡Libérame al fin de todo!
¡Líbrame de ti
y así
estaremos
al fin
juntos!
Indiana Om
 © Todos los derechos reservados                                                                                                      

2 comentarios:

  1. Sorpresa! Gracias por tus palabras de adorno, por formar con ellas ese vitral colorido por el que ver sin que te vean, que es el ojo.
    bssosss

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  2. El que sabe ver
    puede vivir en los otros
    millones de vidas.

    Un beso

    ResponderEliminar

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