Cocino entre sollozos los pucheros de mi existencia
que abrasan hasta el vapor del caldo de la experiencia siempre apremiante,
a menudo arrebatadora,
que consume a desgarradoras dentelladas el hábito de la costumbre vital,
el impulso de existir,
el instinto de amar lo que no se tiene,
de querer lo que siempre te posee.
Miro la tarde desvanecerse entre los visillos de mi ignorancia
estampados de recuerdos fatuos.
Los esqueletos de mis memorias amarillean su suerte bajo el manto de la atención
que no atina a sentar sus posaderas en regazo alguno.
La lluvia de mi otoño pintado en la estancia solitaria y seca
rasga los momentos en que quise ser otra cosa diferente a mi sueño,
anónima a todos los estados impertinentes que claman con voces imperiosas
mi identidad.
Soy,
lo sé una vez más.
No es suficiente así.
Quiero estirar la agonía de la ignorancia
de conocerme.
Del poemario "El espejo se mira en mí"
Indiana Om
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El tiempo nos cuestiona todo el tiempo, y el viento es salvaje como dice la canción.
ResponderEliminarUn saludo
mj
La vida es un camino lento
ResponderEliminarque permite
ir conociéndonos.
Un beso.