No vale la pena sufrir.
“Tanto trabajar para luego morirse”
decía mi abuela.
Paseo entre las tumbas silentesque me hablan de mil impotencias.Todos cayeron al final en la cuentade qué hacer con su vidademasiado tarde,tras el último suspiro.Simplemente dejarla ser,tan sólo vivirla.Nada te pertenece,todo es prestado,hasta las uñas y dientescon que defiendesesa misma identidadque soportas.
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Sólo admite: Mi vida no está en mis manos.
ResponderEliminarEstá en las manos de Dios.
Ofrécete.
Vive en la bandeja de Dios.
Sube al plato de sopa de Dios.
Ten la disposición de ser incluso una lenteja en la olla de minestrone del Señor.
Así, sé la consagración a Dios.
No sepas cómo.
Sólo di "Sí" y permítele tomarte dentro.
~ Mooji