Le he robado una madrugada al sueño.
He abierto los ojos a la oscuridad candente
preñada de silencios furtivos.
He escuchado las notas del misterio al quicio de las horas
en que el mundo duerme a su pesadilla.
He levantado mi mirada allende la vigilia trasnochada
para no ver más lo de siempre,
para despreciar los aprecios mecánicos
infectados de costumbre.
Esta oscura noche que cercena razones y lógicas
con afilados dientes
he sabido de mí,
he creído en ti.
He muerto al personaje sobreañadido a la incomodidad de confrontarse.
He nacido a la nada que se desliza opulenta
en esos momentos hurtados al tiempo.
El obrero se aplica en la originalidad.
Nunca amanece.
Del poemario: "El espejo se mira en mí"
Indiana Om
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Robar horas al sueño
ResponderEliminarpara inocular a la noche
una luz de endimiento.
Hay esperanza.
Un beso
Bonitos versos, sisi.
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