En Meditación el principal patrón a erradicar es la idea de un “yo”, llámese ego o identidad, que creemos diferenciada por sí misma y en sí misma. Sentir que sólo esa es nuestra realidad es la enfermedad, convencernos de que ese nivel de consciencia desde el que vivimos es nuestra única posibilidad es el mal. Pero esa “enfermedad” viene manifestada y reforzada por unos síntomas o manifestaciones secundarias en las que empeñamos nuestras vidas: son los patrones de creencias que, sumados, construyen un fenómeno que llamamos “yo”.
Podemos tratar la enfermedad gradualmente, sin brusquedades ni crisis depurativas a veces dolorosas y de cierta intensidad. Trascenderlas ocupándonos de algunas de ellas es debilitar las causas de dicha enfermedad y un cierto progreso en la batalla. Pero no olvidemos que el árbol sólo caerá o morirá cuando ataquemos su raíz.
Ocupémonos de todos nuestros asuntos pero con un esmero en la vigilancia y en la atención hacia nuestra naturaleza que es, al fin y al cabo, el auténtico punto de partida de todas esas pequeñas cosas, y del que dependen. Ir a la Fuente donde todo es posible más allá del espacio y del tiempo sobre los que orquestamos esos eventos que definimos como “nuestra vida”. (Continuará)
(Indiana-Om)
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